Como futbolista profesional, siempre estoy buscando maneras de mejorar mi rendimiento y acelerar la recuperación después de los partidos o entrenamientos intensos. Hace un tiempo, empecé a escuchar sobre los beneficios de las lámparas de luz roja e infrarroja, y decidí probarlas. Honestamente, al principio era un poco escéptico. No sabía si realmente marcarían la diferencia, pero a lo largo del tiempo, los resultados me sorprendieron.
Una de las primeras cosas que noté fue cómo me ayudaban a reducir el dolor muscular. Después de un partido exigente, los músculos suelen quedar cargados, y el tiempo de recuperación es crucial para poder entrenar al día siguiente con intensidad. Con las sesiones de luz infrarroja, sentí que la fatiga muscular disminuía mucho más rápido. Es como si le diera un impulso a mi cuerpo para regenerarse más eficientemente.
Ahora, uso estas lámparas 20 minutos por la mañana y otros 20 minutos antes de dormir. Me ha sorprendido lo mucho que mejora la calidad de mi descanso. Siento que duermo más profundo y me despierto con una sensación de mayor recuperación. Como todos sabemos, el descanso es fundamental para un rendimiento óptimo, y esto ha sido un cambio notable para mí.
Además, noté una mejora en mi circulación. Sabemos lo importante que es que la sangre fluya correctamente, sobre todo en deportistas como yo, que necesitamos que los músculos reciban la mayor cantidad de oxígeno y nutrientes posible. Después de usar estas lámparas de forma regular, sentí que mi cuerpo estaba más preparado y con más energía, incluso después de sesiones duras de entrenamiento.
Otro detalle interesante fue la mejoría en mi piel. No es algo que busqué específicamente, pero es cierto que la luz infrarroja estimula la producción de colágeno, y eso se refleja en la piel. Para mí, lo importante era sentirme mejor físicamente, pero me sorprendió este plus adicional.
La verdad es que incorporar las lámparas de luz roja e infrarroja a mi rutina ha sido una excelente decisión. Como futbolista, mi cuerpo es mi herramienta de trabajo, y cualquier cosa que me ayude a cuidarlo y optimizar su rendimiento es bienvenida. En mi experiencia, este tipo de terapia no solo me ha permitido recuperarme más rápido, sino que también me ha hecho sentir con más vitalidad, mejorar mi descanso y estar listo para el siguiente desafío.
